Sí vale, es domingo, pero esta noche son los Grammy, y además del homenaje a la pobre Whitney, también se dan premios.
Son ya cincuenta y cuatro ediciones siempre con actuaciones discutibles, capaces de lo mejor…
Mumford & Sons, The Avett Brothers, Bob Dylan.
… y lo peor (Kapranos, con ese pelo avisaba).
Black Eyed Peas, Gwen Stefani, The Lonely Boys, Maroon 5, Franz Ferdinand.
En fin, bromas a parte, esta noche hay menú especial. Después de casi veinte años, los miembros originales de los Beach Boys se reunirán para actuar con Foster The People, y Maroon 5 que ni con agua caliente salen del escenario del Staples Center.
Son unos premios con un sinfin de categorías que a nadie le interesan pero que aún tienen peso y autoridad para todos aquellos que consiguen hacerse con una de las gramolas importantes.
Sería autoengaño decir que la academia no se deja llevar por charts y el éxito de un disco en cuanto a ventas (mainstream 101), pero lo que sí cabe pensar es que de un tiempo a esta parte, hay hueco en las nominaciones para discazos que el resto del mundo asiduo al top40 ignora.
Un ejemplo es que la gala del año pasado se cerró con Arcade Fire recogiendo el Grammy al Álbum del Año por The Suburbs dejando a algunos con cara de WTF. Y encima canadienses.
Siguiendo con las pokerface, al anunciar los nominados de este año, el nombre de Bon Iver le hizo preguntarse a muchos y a muchas «who is Bon Iver?» y por qué tenía derecho a ser nominado. Dos discos y méritos varios después, esta jam session que se marcó Justin Vernon con The Roots en el Late Night With Jimmy Fallon cierra bocas, cuanto menos.
El caso es que en esta edición, Bon Iver opta a cuatro premios Grammy, así que con suerte, veremos a todo el postureo artificial y maquillado remixando sus aplausos a un folkie tímido y (por supuesto) con barba.